miércoles, 26 de enero de 2011

EDITORIAL

No voy a ser hipócrita. Este blog nace del odioso fastidio que me ocasionan algunas críticas que aparecen en los medios. Críticas literarias, cinematográficas, teatrales y aun televisivas. Imagino a esos señores de inteligencia acotada sentados frente a sus computadoras; imagino la impostura inconsciente de su gesto adusto; imagino tal vez algún cigarrillo maloliente apagado con saña; imagino el momento fatal en que presionan las teclas altaneras. Y allí brotan las palabras y las frases. Sentencias básicas, terminantes, inconexas, conceptuosas, injustificadas.

No vengo a cuestionar aquí la probidad de tales críticos. No sé, no quiero saber si escriben lo que escriben movidos por la honestidad o por alguna razón espuria. No soy propenso a las labores policiales. Y mi combate no es genérico. Por el contrario, deploro a quienes deploran a los críticos. Deploro a quienes creen que el crítico es un mero parásito del artista. Creo que el crítico depende del artista tanto como el artista depende del crítico. Por eso mismo la crítica es una labor que requiere no sólo de una gran sensibilidad, sino también de la mayor inteligencia. Pero así como el crítico, con su mera existencia, fuerza al artista a que extreme la calidad de su obra, no parece haber ninguna entidad que exija al crítico en su labor. Quizás por eso nos encontramos cotidianamente con conjuntos de palabras llenos de juicios y de pareceres, pero completamente desprovistos de razones y de inteligencia.

La responsabilidad del crítico no es moral. Es estética. Puede denostar cuanto quiera una obra, siempre que justifique sus juicios con razones. Sin razones no hay polémica. Y sin polémica el arte se empobrece.

El crítico, y no el artista, es el encargado de descomponer el todo de la obra para elucidar o para crear los complejos mecanismos que subyacen a ella. Por eso, como quería Wilde, hay mucho de creador en el crítico. Cuanto mayor sea la capacidad del crítico para articular la obra en sí y darle un sentido histórico más rica será nuestra comprensión de la obra. En la medida en que haya críticos más inteligentes habrá mejores espectadores y mejores artistas. No es poco.

1 comentario:

  1. Estimado friedlander, ¡gran editorial y mejor idea la de este blog! Trataré de seguirte de cerca, ya que me apasiona leer críticas y suelo indignarme por cosas similares a las que, creo interpretar, te indignan a vos. Algo de crítico frustrado debo tener, ya que me gusta también escribir algo similar a la crítica... (si te das una vuelta por mi blog lo verás). En fin, te mando un saludo! PD: disculpá el tuteo, son cosas de la web 2.0 :^)

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